
El pasado 29 de octubre del 2024 Valencia sufrió unas terribles inundaciones que van a marca la ciudad para siempre. Volies, tuvo la oportunidad de poner su granito de arena aportando nuestro expertise en la gestión de voluntariado corporativo y en voluntariado corporativo de emergencias (formamos parte del proyecto de la UE Resiliage que precisamente trata de que la sociedad sea más resiliente ante catástrofes como la DANA).
Lamentablemente, los últimos años, las crisis y catástrofes naturales han afectado a la vida, los medios de subsistencia y el medio ambiente de los ciudadanos europeos de forma imprevista y sin precedentes. Europa ha sufrido 1.205 catástrofes que han afectado a 15 millones de personas. El FMI advierte de que el cambio climático provocará probablemente un nuevo aumento de la frecuencia de las catástrofes naturales en los próximos años. Muchas empresas están reconociendo la necesidad de revisar sus planes de respuesta ante catástrofes para hacer frente al aumento previsto de las mismas. En este contexto, existe una necesidad crítica de explorar roles innovadores para las empresas dentro de sus estrategias de RSC, en particular para aumentar el compromiso de los empleados y mejorar las prácticas de gestión de catástrofes y crisis.
A medida que las empresas se esfuerzan por mejorar su impacto social, la integración del voluntariado corporativo ha surgido como una poderosa estrategia, ya que tiene un gran potencial para impulsar el cambio social al tiempo que aprovecha el talento y la solidaridad de los empleados mediante un voluntariado estructurado, que da prioridad a la preparación ante catástrofes y a la resiliencia de las comunidades.
Cambio de tendencias en la respuesta empresarial a las catástrofes
Tradicionalmente, la implicación de las empresas en la ayuda en caso de catástrofes era reactiva y solía limitarse a donaciones o ayudas puntuales durante grandes catástrofes. Sin embargo, las tendencias recientes revelan un enfoque más estratégico y a largo plazo, que abarca las fases de preparación, mitigación y recuperación. En concreto, se percibe:
- Un compromiso proactivo en la preparación ante catástrofes.
- Los empleados se movilizan cada vez más como voluntarios, aportando tiempo y conocimientos en zonas afectadas por catástrofes.
- Más alianzas entre empresas, gobiernos y ONG
Las respuestas empresariales a las catástrofes pueden abarcar todas las fases del ciclo de gestión de catástrofes: preparación, respuesta, recuperación y mitigación, aunque la realidad es que hoy en día la inmensa mayoría (98%) de empresas se centran solo en la fase de ayuda en la respuesta inmediata a la catástrofe, siendo un 1% las que trabajan en la preparación y 8% las que lo hacen en la resiliencia y mitigación de riesgos.