Federico Robaina, de Madrid (Miraflores de la Sierra):“Después de un día duro con frío y lluvia, todos teníamos una sonrisa cuando vimos que el resultado del esfuerzo era un bien común y duradero.”
David Cortacans, de Barcelona: “Tener la oportunidad de compartir una experiencia de este tipo con niños con distintas discapacidades no tiene precio; la verdad es que sólo viendo las ganas de jugar y de vivir la vida de los peques así como la aportación desinteresada de cariño y complicidad de los coaches, hacen que uno sienta que en muchas ocasiones no somos conscientes de las prioridades de la vida. El sábado realmente fue un día mágico en el que nos sentimos realmente importantes simplemente por el hecho de compartir un poco de nuestro tiempo con pequeñas personas que lo necesitaban y que, seguramente muy en su interior, estarán agradecidísimas de haber hecho algo distinto con personas distintas a las que tratan habitualmente. Encantado de la experiencia y ya esperando la siguiente ¡para recomendar!”
Elisenda García Riera, de Barcelona: “Fue un día maravilloso, lleno de sensaciones, emociones y reflexiones. Esos niños nos han aportado más que nosotros a ellos, con una simple mirada, un abrazo, un gesto, una sonrisa para esos niños es mucho. También nombrar a las personas que los cuidan, son jóvenes voluntarios con ganas de ayudar sin pedir nada a cambio. Ha sido un placer y con muchas ganas de seguir colaborando. Estas acciones te ayudan a darte cuenta que con muy poco, puedes conseguir mucho”
Emilio, de Barcelona: “No esperaba que esta experiencia me llenara tanto. Al lado de estos niños te das cuenta de lo importante que es sentirse vivo y lo que en numerosas ocasiones nos pasa desapercibido. Con el silencio de sus miradas, sus sonrisas, sus gestos, etc. aprendes a que es más fácil acercarte a ellos de lo que imaginas. ¡¡Qué facil es hacerlos felices con un poco de nuestro tiempo!!”
Fuente: Voluntarios Santander
