La Fundación Prosegur, junto a la Fundación Deporte y Desafío, ha celebrado un año más el Día del Voluntariado en Familia con la participación de los empleados de la compañía y personas con diferentes tipos de discapacidad.
Más de un centenar de personas, entre empleados de Prosegur, familiares y participantes con diferentes tipos de discapacidad disfrutaron de una jornada solidaria por la inclusión en el Club Deportivo Somontes de Madrid. Con la colaboración de la Fundación Deporte & Desafío, los asistentes se organizaron en grupos para realizar distintas actividades adaptadas, como pádel, un taller de manualidades, y una actividad asistida con perros (canoterapia). Además, como novedad de este año, han incluido un circuito de Seguridad Vial en silla de ruedas, para fomentar la empatía y el trabajo en equipo.
Plan familiar también en A Coruña
Empleados de A Coruña participaron un año más junto a sus familias en una jornada de voluntariado, acompañando a personas con diferentes tipos de discapacidad. Juntos realizaron una ruta de 6 kilómetros que trascurría entre las poblaciones de Mera y Lorbé, (por la Costa de Dexo).Con este tipo de acciones se busca fomentar la práctica deportiva, a la vez que la inclusión social de este colectivo en un entorno normalizado y de ocio.
Esta jornada inclusiva, realizada también en colaboración con la Fundación Deporte & Desafío, finalizó con un picnic en el que los participantes intercambiaron experiencias y recibieron un diploma de agradecimiento.
Taller solidario de pintura
Otra de las actividades en las que se han implicado los voluntarios de Fundación Prosegur en los últimos tiempos ha sido un taller de pintura solidaria para impulsar la inclusión social de personas con discapacidad intelectual, organizado en colaboración con Fundación Deporte Integra. La jornada, que contó con la participación de 30 voluntarios de la compañía y familiares, tuvo lugar en la sede del Grupo Amás, en Leganés.
Tras una charla previa de sensibilización y la distribución de los equipos de trabajo, voluntarios y participantes con discapacidad desarrollaron su labor artística, dedicada a la naturaleza. Por un día, los asistentes se convirtieron en pintores, y colgaron sus obras para exponerlas en el centro social.