En América Latina y el Caribe la acción de los voluntarios contribuye a que los gobiernos rindan cuentas y respondan mejor a las demandas de la ciudadanía. Sin embargo, sus aportaciones siguen estando gravemente subvaloradas, dice un nuevo informe del programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU).
El Informe sobre el estado del voluntariado en el mundo 2015 es la primera revisión a escala global del papel que juegan los voluntarios para mejorar el modo en que aquellos que tienen el poder gobiernan e involucran a los ciudadanos. A través de casos de estudio de distintos países, incluidos Brasil, Chile y Perú, el Informe muestra cómo el trabajo conjunto de voluntarios, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil puede fortalecer la rendición de cuentas, influenciar las políticas y las leyes, y dar voz a sectores sociales que, como las mujeres, los jóvenes y los grupos marginalizados, suelen quedar al margen de los procesos de decisión. El Informe invita a los gobiernos a lograr un desarrollo más efectivo a través de una mayor inclusión de los voluntarios en la toma de decisiones.
Panamá fue elegido para la presentación del Informe en América Latina y el Caribe por sus activas redes de voluntariado, que han conseguido movilizar a los ciudadanos, a las ONG, al sector privado y a todos los partidos políticos para lograr la aprobación, en diciembre de 2014, de la ley sobre el voluntariado nacional.
En su discurso durante la presentación del Informe, Dacil Acevedo, Directora General del Centro Latinoamericano de Voluntariado (CELAV), resaltó que la experiencia en Panamá coincide con los hallazgos del Informe: “En Panamá vemos que los nuevos marcos legales y políticos para el voluntariado empoderan a la gente para que levante la voz, defienda sus derechos y logre cambios sociales positivos en sus comunidades. Es un paso vital en la lucha por la equidad en un continente afligido por la desigualdad”.
Francisco Roquette, Gerente Regional del programa VNU en América Latina y el Caribe, dijo: “En esta región existen algunos de los más dinámicos movimientos de voluntariado del mundo, producto de una larga historia de acción cívica, solidaridad y apoyo mutuo. Para impulsar el desarrollo, los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado deben abrirse plenamente al increíble talento, la energía y la experiencia de los voluntarios”.
En el mundo hay más de mil millones de voluntarios, muchos de los cuales están en primera línea para mejorar la forma en que la ciudadanía es gobernada e implicada desde el poder. Entre los ejemplos tomados de América Latina y el Caribe destacan:
- Chile: La red de mujeres campesinas ANAMURI forjó alianzas y se convirtió en un jugador nacional para parar un proyecto de ley sobre patentes de semillas que perjudicaba sus intereses.
- Brasil: Los voluntarios del movimiento de Observatorios Sociales lideran la lucha contra la corrupción de los gobiernos municipales. Un informe periodístico brasileño[1] calcula que a través del monitoreo del gasto público han logrado evitar que se “desviaran” de las arcas públicas 100 millones de dólares.
Los gobiernos del mundo acaban de adoptar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sucesores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Según el Informe, ya no cabe duda de que los futuros esfuerzos a favor del desarrollo exigen una gobernanza radicalmente diferente que incluya a los pueblos de manera más efectiva en las decisiones que afectan a comunidades y países.
Los ODM lograron movilizar a los pueblos alrededor de metas bien definidas, pero en algunos países y temáticas los resultados fueron inferiores a las ambiciones porque los esfuerzos no reflejaban las necesidades de los ciudadanos, explica el Informe.
La Coordinadora Ejecutiva Adjunta del programa VNU, Rosemary Kalapurakal, dijo: “El potencial de los voluntarios para ayudar a crear un desarrollo auténticamente centrado en las personas es enorme, pero sigue estando ampliamente desaprovechado. Para conseguir los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible necesitamos que participen todos los sectores sociales. Y los voluntarios están llamados a tener el papel fundamental de representar a las voces de todos aquellos que quedan excluidos de los procesos de decisiones, como las mujeres y los grupos marginalizados”.
El Informe sostiene que los países que ofrecen un “entorno propicio” para el voluntariado tienden a beneficiarse con la inclusión de los voluntarios en la toma de decisiones, y valora que gobiernos como Perú, Honduras y Mozambique hayan aprobado leyes y diseñado marcos reglamentarios para formalizar la actividad del voluntariado, como es el caso también en Panamá.
Pero también admite que muchos otros gobiernos se resisten a reconocer e incorporar el inmenso potencial de los voluntarios a la hora de diseñar el camino hacia el desarrollo. Por ello invita a todos los gobiernos a “superar la retórica de la participación” y a dar pasos concretos que faciliten la colaboración activa de los voluntarios del mundo en las decisiones que afectan a la vida de los pueblos. Concretamente, esto significa:
- Involucrar a un mayor número de voluntarios en los procesos de elaboración y aplicación de las políticas
- Integrar formalmente a los voluntarios en los marcos nacionales de desarrollo y en las estrategias de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
- Implicar en los procesos locales y nacionales de decisión a un mayor número de voluntarios mujeres, jóvenes o pertenecientes a grupos marginalizados
Para el programa VNU el propósito del Informe sobre el estado del voluntariado en el mundo 2015 es generar una conversación mundial acerca del papel que juega el voluntariado en un área como la gobernanza que es clave para el futuro del desarrollo.