Al igual que ha sucedido en otras regiones, el voluntariado corporativo de Latinoamérica ha tenido que reaccionar de forma creativa a los retos que ha impuesto la crisis sanitaria. El Consejo Latinoamericano de Voluntariado Empresarial (CLAVE) ha mapeado a través de una encuesta las acciones que el sector ha puesto en marcha para responder a la emergencia. Los resultados destacan la atención a colectivos vulnerables para aliviar primeras necesidades y el apoyo al sistema sanitario y educativo.
Los programas se han tenido que adaptar a un contexto muy inestable. «Ahora que la pandemia ha instalado su epicentro en la región, regresar a una cierta normalidad parece aún una posibilidad distante para los gestores», explica Raaida Mannaa, directora de CLAVE. Por eso están explorando junto a sus equipos los cambios estratégicos que ese futuro incierto les plantea. Unos desafíos que están transformando en «fuente de innovación para potenciar el impacto de su trabajo en las comunidades que requieren atención inmediata», defiende Mannaa.
Las tres respuestas del voluntariado corporativo
Los resultados de la encuesta aportan la visión de veinticinco empresas con presencia en más de doce países de toda Latinoamérica. En ella se indagó sobre cómo los programas de voluntariado corporativo se han adaptado para dar respuesta a la crisis y sobre los ajustes que incorporarán tras las medidas de contención.
1. Acciones de mitigación: el voluntariado corporativo de las empresas está liderando la respuesta del sector. Con rapidez y eficacia, se han movilizado para brindar seguridad alimentaria y bienes de primera necesidad a las poblaciones más vulnerables.
2. Apoyo a actores clave: la comunidad médica y educativa está viviendo una presión excepcional. Se han realizado numerosas donaciones para adquirir material y organizado formaciones para fortalecer los procesos educativos online.
3. Transformación del voluntariado: se ha paralizado totalmente su actividad presencial y potenciado la digital. Sin embargo, están explorando opciones para, en un futuro y respetando medidas de prevención, realizar acciones a pequeña escala con objetivos muy específicos. La motivación, en cualquier caso, es la misma: diseñar alianzas y programas que ofrezcan herramientas útiles, que aporten valor y soluciones.
El voluntariado, más necesario que nunca
La pandemia ha evidenciado y profundizado brechas muy significativas en la sociedad. Hoy, muchas más personas necesitan apoyo y una respuesta conjunta que lideren tanto las instituciones como el sector privado.
El voluntariado corporativo ha demostrado su capacidad para mutar e implicarse en el cambio social: actividades probono, dirigidas al desarrollo de competencias, de acompañamiento, de mentoría… Y ahora, se ha adaptado a las restrictivas medidas de distanciamiento social redoblando sus esfuerzos desde el entorno digital. Queda mucho trabajo y mucha innovación por ejecutar, pero, sobre todo, hay mucha energía para cambiar el mundo.
