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Voluntarios, una misión posible

Pero hay un grupo de gente involucrada en el desarrollo de su comunidad. Se hacen llamar: voluntarios.

En palabras de Ray Ludeña, miembro de la Asociación Samichay, un voluntario es un ser desprendido de su tiempo y de su dinero, que da lo mejor de sí a la gente que menos tiene. «La principal satisfacción que da el trabajo voluntario es cuando ves la sonrisa de agradecimiento de las personas a las que ayudas. Notas una sonrisa sincera y eso es lo más reconfortante para un voluntario», comenta Ludeña.

¿Cómo lo hizo?.Ray se involucró en el voluntariado gracias a su empresa, que impulsa el trabajo voluntario corporativo a través del área de Responsabilidad Social, desde ahí promueve concursos que premian a los mejores proyectos de ayuda social.

«Mi equipo ganó tres veces. El proyecto se llamaba Fondistas de Exportación, que ayudaba a los que menos tienen a través del deporte en la provincia de Olleros, en Áncash. El deporte es el fondismo, a través de él logramos que los niños sean personas de bien y exitosas», comenta Ludeña.

El proyecto se inició en el año 2009 y está dirigido a chicos de 9 a 16 años. Si bien todo empezó como un proyecto dentro del trabajo, ahora se ha convertido en la asociación Samichay, que busca replicar esta experiencia en todo el Perú, para lograrlo requieren de fondos y para conseguirlo piensan postular al concurso Semillas Voluntarias.

El concurso. Con la finalidad de poner en práctica el voluntariado corporativo, la Asociación Trabajo Voluntario, en alianza con la Fundación Telefónica, lanza el concurso «Semillas Voluntarias».

«Este concurso fomentará la práctica del voluntariado corporativo a través del emprendimiento social, con proyectos que tengan un impacto importante y positivo para la comunidad», afirma Jaime Ulloa, presidente de la Asociación Trabajo Voluntario.

El concurso está abierto a trabajadores de cualquier empresa. Los voluntarios, organizados en equipos de una misma empresa, deberán elaborar y presentar proyectos que produzcan un impacto positivo en una realidad social desfavorable.

«No se requiere tener un presupuesto o estar organizados empresarialmente para participar. Los interesados pueden organizarse de manera independiente, lo único que tiene que hacer la empresa es presentar una carta que señale que los integrantes del equipo son sus trabajadores», explica Ulloa.

Como verá, gracias a este tipo de concursos no necesita de un presupuesto para empezar a ser un voluntario, basta con que tenga las ganas de querer ayudar a su prójimo.

Fuente: Diario Correo Perú

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