SPB con mujeres víctimas de violencia de género

Aquí va la experiencia:

Eran las 16 horas, salí de SPB dirección a FUNDAR. Iba con prisas y algo nerviosa.

Llegamos a la sede de FUNDAR algo antes de la sesión, para terminar de prepararlo todo, hicimos  los ensayos, y nos preparamos lo que iba a decir cada una.

Teníamos hasta las 17.30 h. que empezaba todo… pero para nuestra sorpresa llegaron algo antes, a las 17:15.h. ¡estaban todas allí!.

Así que sin terminar de revisar todo, empezamos.

Se fueron sentando alrededor una mesa grande central, se notaba que iban por grupos, ya que buscaba sitios suficientes para estar todas las amigas en la misma parte de la sala.

Una vez estaban  todas, era el momento de empezar… cuando vi a todas esas caras expectantes mirándome y prestándome atención, no había vuelta atrás… Empezaba toda nuestra tarea de aportarles lo máximo posible.

Comenzamos con las presentaciones, primero lo hicimos nosotras para que se sintieran más cómodas, y luego ellas. Nuestro objetivo era demostrarles que estábamos ahí con mucha ilusión, y sabíamos que cuanto más les aportásemos nosotras más íbamos a recibir por su parte. Mientras se iban presentando íbamos conociendo las distintas nacionalidades, las distintas edades y experiencias laborales que habían tenido. Tenían todas un factor común, no tenían trabajo. Ahí me di cuenta de la importancia de mi papel en esa actividad. Tenía que ser capaz de trasmitirles toda mi experiencia para que fuesen capaces de encontrar un trabajo.

El tema de la sesión era, HABILIDADES, y ¿qué es una habilidad…? por ahí teníamos que empezar, es la capacidad y voluntad de hacer algo. Esto esta claro, pero… ¿cómo detectábamos sus habilidades? ¿Alguna vez se habían planteado cuales eran sus habilidades?

Una vez más empezamos nosotras aportando información para así poder inspirarles a la hora de detectar sus habilidades. Comentábamos la importancia de las habilidades y el tenerlas detectadas. La capacidad de aprender, el trabajo en equipo, la comunicación, la creatividad, la adaptación al cambio, la orientación a los resultados, el compromiso….y así dimos las máximas habilidades que pudimos.

A partir de aquí les tocaba a ellas participar en el juego, hasta ahora estaban con una actitud bastante  «inactiva»  cosa que nos preocupaba, así que dijimos: «¡hagámoslas participar, a ver si la cosa se anima!”.

Les propusimos escribir en diferentes post its su habilidades, les dijimos que queríamos 20 como mínimo (aunque sabíamos que eran muchas…) ¡una llegó a 19!.

Después fueron una por una exponiendo cada vez una habilidad, y explicándonos a todas algún ejemplo real en el cual habían desarrollado dicha habilidad…cuando teníamos otras chicas con la misma habilidad las comentábamos a la vez. Les gustaba mucho ver como otras chicas tenías habilidades similares, se veían identificadas.

Cuando acabamos de exponer todas las habilidades, el ambiente era mucho más distendido, y la alegría se respiraba en la sala. Se les veía motivadas e involucradas, cosa que nos hizo sentirnos muy bien. Incluso una de ellas que se había sentado en la última silla de la sala, se cambio a mitad de la actividad y se puso en primera fila.

Al final contamos todas las habilidades y les pusimos puntuaciones, la habilidad de comunicación fue la que ganó, la segunda fue la de trabajo en  equipo y la tercera  la paciencia…algo común en todo el grupo.

¡¡¡Nuestro objetivo estaba cumplido!!!. Nos sentíamos realizadas, y pensábamos que les habíamos aportado algo interesante. Hicimos una pregunta sobre que les había parecido la sesión y la respuesta de una de ellas fue: Me ha servido para conocerme más a mi misma. En ese momento no había nada que me hiciera sentir más realizada, me llenó de satisfacción ver que por lo menos a una de ellas le había aportado algo.

Creo que me llevé yo más de esa sala que las 11 juntas, aunque espero que la próxima vez que hagan una entrevista de trabajo se acuerden de sus habilidades y les ayude a encontrar trabajo.

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